EXTRATERRESTRES EN LA ANTIGÜEDAD
Por: Josep Guijarro
¿ESTÁ MARCADA LA TIERRA POR LA PRESENCIA DE INTELIGENCIAS EXTRATERRESTRES EN LA ANTIGÜEDAD? ASÍ PARECEN DEMOSTRARLO LOS DIBUJOS GRABADOS EN LAS ROCAS DEL DESIERTO DE ARGELIA, LOS ESCRITOS CUSTODIADOS POR LOS ESCRIBAS DE TUTMOSIS III O LAS REFERENCIAS DEJADAS POR LOS ANTIGUOS EN LOS TEXTOS SAGRADOS, ELLOS ESTUVIERON AQUÍ Y AHORA REGRESAN... ¿CON QUÉ OBJETIVO? ALGUNAS CLAVES TE LAS ENTREGAMOS EN ESTE ARTÍCULO.
El 26 de Octubre del año 312 de nuestra era el emperador romano Constantino I el Grande se hallaba arrodillado de cara al Sol, adorándole, cuando se produjo un extraño fenómeno. Procedentes del astro rey, el emperador acertó a ver unas oscuras radiaciones en diagonal que dibujaban una luminosa y potente cruz sobre el cielo. En su mente resonó entonces un nombre -Christos- y, a continuación, la misma voz sobrenatural le dijo: "Con este signo, triunfarás". Constantino no se lo pensó dos veces. Todavía perplejo por aquel espejismo o ensoñación, ordenó a sus hombres la sustitución del águila imperial que figuraba en las égidas y estandartes de sus tropas por el símbolo de Cristo.
Al amanecer del 27 de Octubre las tropas de Constantino aguardaban la llegada al desfiladero, al pie del puente Milvaiano, de las filas enemigas que se hallaban bajo las órdenes de Marco Aurelio Majencio. La batalla fue encarnizada pero Constantino venció. ¿Se debió a la victoria anunciada por el extraño fenómeno luminoso? ¿O, simplemente, la superstición sirvió de impulso positivo a las sugestionadas tropas romanas? En cualquiera de los dos supuestos Constantino consiguió vencer a Majencio y entrar victorioso en Roma. Probablemente hoy nada sería igual si aquella "visión" no se hubiera producido. El cristianismo, seguramente, habría sido perseguido y castigado por Roma y los cimientos de nuestra civilización occidental no se hubieran desarrollado tal y como lo han hecho. ¿Alteraron los OVNIS el desarrollo de la Historia? Rotundamente sí. Y no ha sido la única vez.
OVNIS EN EL ANTIGUO EGIPTO
Ya con anterioridad el rey Tutmosis III presenció estos extraños artefactos en Egipto. De ello da cuenta el conocido Papiro Tulli que se conserva en los Museos Vaticanos, en Roma. Este documento describe la llegada de un círculo de fuego en el cielo el 18 de febrero de 1487 antes de C. "No tenía cabeza, (aunque) el aliento de su boca (despedía) un olor fétido. Su cuerpo era como una pértiga de largo (unos 5 metros) y una pértiga de ancho. No tenía voz". Más adelante puede leerse: "¡Oh! Son numerosos... Brillan más que el Sol, en los cuatro puntos cardinales del cielo". El documento traducido por el egiptólogo Boris de Rachewiltz es parco en detalles pero lo suficiente para deducir que varios objetos de origen desconocido establecieron contacto con los antiguos egipcios. ¿Podemos decir que los objetos que viajan hoy por nuestros cielos son los mismos que contemplaron los antiguos en el pasado?
Para el exjesuita Salvador Freixedo no hay la menor duda, los "extraterrestres" estarían llevando a cabo un sistemático plan de concienciación y control de la humanidad desde tiempos pretéritos. Andreas Faber Kaiser llega más lejos en su libro "El muñeco humano" cuando sostiene que "los legados más antiguos de nuestra historia convergen en una explicación lógica para el origen de la humanidad: una supercivilización cósmica nos fabricó en un pasado remoto".
"MARCIANOS" EN LA PREHISTORIA
De hecho hallamos "pruebas" de la presencia de otros seres avanzados en nuestro planeta desde la más remota antigüedad. En el desierto Sahara, al sur de la cordillera de Tassili, Argelia, por ejemplo, en las oquedades y restos de antiguos refugios se hallan más de cinco mil pinturas. Henri Lhote fue el primero en explorarlas, en 1933, y las bautizó como "los marcianos".
Las pinturas murales de Tassili, situadas en una plataforma arenosa de 800 kilómetros de longitud por 60 de ancho, contienen una información detallada de la vida del hombre prehistórico, reproducen animales con gran fidelidad, también hombres en escenas de caza, pero junto a ellos extraños seres de enorme cabeza redonda provista de un solo ojo. Algunos escépticos sugirieron que se trataba de hombres con calabazas vacías sobre sus hombros cumpliendo algún ritual primitivo, teoría que carece de fundamento por el hecho de que nunca se cultivó este fruto en lo alto de la meseta de Tassili. ¿Quiénes eran? ¿Por qué guardan tal semejanza con los modernos casos de contacto extraterrestre?
Los dioses de Tassili tienen sus homónimos en otras partes de mundo. En Australia, en España, en Francia, pero el legado vivo de aquellas pinturas se halla al norte de Africa, encarnado en la tribu de los dogon.
VISITANTES DE SIRIO
Los dogon viven en la República de Malí, en el antiguo Sudán francés y, curiosamente, disponían desde hace más de cinco mil años de una información privilegiada en referencia a la estrella Sirio imposible de adquirir sin los modernos conocimientos astronómicos. El investigador Robert K.G.Temple sugirió que los dogon adquirieron sus extraordinarios conocimientos gracias a las revelaciones de uidad desde tiempos pretéritos. Andreas Faber Kaiser llega más lejos en su libro "El muñeco humano" cuando sostiene que "los legados más antiguos de nuestra historia convergen en una explicación lógica para el origen de la humanidad: una supercivilización cósmica nos fabricó en un pasado remoto".
"MARCIANOS" EN LA PREHISTORIA
De hecho hallamos "pruebas" de la presencia de otros seres avanzados en nuestro planeta desde la más remota antigüedad. En el desierto Sahara, al sur de la cordillera de Tassili, Argelia, por ejemplo, en las oquedades y restos de antiguos refugios se hallan más de cinco mil pinturas. Henri Lhote fue el primero en explorarlas, en 1933, y las bautizó como "los marcianos".
Las pinturas murales de Tassili, situadas en una plataforma arenosa cen, es mucho más ligera. Todos estos datos han podido ser cotejados, cinco mil años después, por D. Benest y J.L.Duvent quienes dedujeron en 1995 que la nueva Sirio C es una "enana roja" quinientas veces menos densa que nuestro Sol. ¿Sorprendente no?
Por si fuera poco otros pueblos vecinos como los Bambara, los Bozo de Segu y los Miniaka de Kutiala comparten idénticos conocimientos sobre Sirio con los dogon. "Cada cincuenta años -explica el investigador Javier Sierra- cumpliendo la órbita de Sirio B alrededor de Sirio A, estas tribus celebran las Fiestas Sigui, en honor a Sigui Tolo que es como conocen a Sirio A. Es entonces -prosigue- cuando elaboran complejas máscaras de madera para celebrar la entrada del nuevo ciclo, que después almacenan en un lugar sagrado desde, al menos, el siglo XV". Con respecto a cómo estas tribus adquirieron tales conocimientos Sierra añade: "Los dogon creen en un dios hacedor del Universo que mandó a nuestro planeta a un dios menor. Éste descendió a la Tierra y trajo semillas de plantas... Después de crear la Tierra, las plantas y los animales, este dios creó la primera pareja de humanos". Sorprendentemente esta leyenda encaja con otras de lugares bien dispares lo que hace pensar que todas partieron de un tronco común. ¿Acaso un acontecimiento real? Así lo pensaban, a finales de los cincuenta, los escritores franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier "¿Y si los más viejos textos de la Humanidad -se preguntaban- sagrados a nuestros ojos, no fuesen más que traducciones bastardas, vulgarizaciones aventuradas, informes de tercera mano, recuerdos un poco adulterados de realidades técnicas?"
Si en el pasado, efectivamente, la Humanidad mantuvo contacto con seres extraterrestres resulta lógico pensar que, automáticamente, aquellos pueblos primitivos los asociasen a espíritus o divinidades que instruían a los humanos.
En la literatura védica , en un relato que se encuentra en las estancias de Dzyan, hallamos de nuevo alusiones a estos "instructores" extraterrestres y a la "importación" de algunos frutos, en este caso el trigo: "Frutos y granos, desconocidos sobre la Tierra hasta entonces, fueron traídos desde otras lokas (esferas o planetas) por los Señores de la Sabiduría". Se da la circunstancia de que, efectivamente, el trigo es una gramínea con una localización geográfica muy restringida en su origen, en concreto en Oriente Medio, donde aún se puede hallar en estado silvestre. Precisamente allí se generó la leyenda de Osiris, el dios egipcio que, entre muchas otras cosas, enseñó a los habitantes del Valle del Nilo a vivir en ciudades y la agricultura. Osiris, según la leyenda, descendió del cielo en un "barco volador". ¿Se trataba de un OVNI?
EL PUEBLO DE LAS ESTRELLAS
Uno de los relatos más curiosos es, sin embargo, el del etnólogo británico Karyl Robin-Evans, quien en un notable informe publicado en el Journal of Comparative Ethnology dio a conocer una singular tribu del Tibet. Se trata del pueblo de los Dzopa –hoy exterminados- que declaraban con vehemencia que habían venido de las estrellas y que esperaban que sus hermanos del cielo vinieran a buscarles. Los Dzopa custodiaban una serie de extraños objetos en forma de disco y sabían muchas artes extrañas. Comerciaban con sus habilidades médicas y con metales a cambio de comida y lecciones de agricultura.
Robin-Evans menciona una celebración, conocida como el Festival de las Cabezas, que conmemora la supuesta llegada del pueblo desde lo alto del firmamento. En el desarrollo de la ceremonia los Dzopa hacen volar cometas en las que han escrito frases como: "Venid a nosotros" o "Volved a nuestros hermanos perdidos".
También los conquistadores españoles hallaron numerosas referencias a seres superiores venidos de los cielos. Fernando Pizarro, que salió de Panamá y llegó a Coaqui, perú, en 1531, consiguió su primera y efímera victoria gracias a la piel blanca de sus hombres, sus caballos y el retumbar de los cañones. Al parecer los indígenas les confundieron con los "dioses blancos" cuya presencia coincidía con "ruidos estruendosos y desmedidos". También el cronista Hernán Cortés escribe: "Poco tiempo antes que viniésemos a la Nueva España vieron una señal en el cielo, que era como verde y colorado y redonda como una rueda de carreta y que junto a la señal venía otra raya y camino de hacia donde sale el Sol y se venía a juntar con la raya colorada". ¿Se referían a las naves de sus "dioses" extraterrestres?"
EL ASTRONAUTA DE PALENQUE
Pero un notable descubrimiento puede despejar las dudas todavía existentes. En el estado de Chiapas, México, en el vasto campo de ruinas mayas de Palenque dominada por una gran pirámide se levanta el llamado Templo de las Inscripciones. Fue allí, en 1945, donde el arqueólogo Alberto Ruiz Lhuillier descubrió un extraño relieve que representa un objeto cónico con un tubo de escape encendido. Un sacerdote estirado mira hacia arriba y sostiene palancas en sus manos. Los jeroglíficos mayas que figuran en el marco del dibujo del sarcófago han sido interpretados como el Sol, la Luna y la Estrella Polar, confirmando así la interpretación cósmica del relieve.
¿Quiénes eran estos visitantes?, ¿Cabe pensar que nunca nos ha abandonado? ¿Significa esto que existe unatraños objetos en forma de disco y sabían muchas artes extrañas. Comerciaban con sus habilidades médicas y con metales a cambio de comida y lecciones de agricultura.
Robin-Evans menciona una celebración, conocida como el Festival de las Cabezas, que conmemora la supuesta llegada del pueblo desde lo alto del firmamento. En el desarrollo de la ceremonia los Dzopa hacen volar cometas en las que han escrito frases como: "Venid a nosotros" o "Volved a nuestros hermanos perdidos".
También
los conquistadores españoles hallaron numerosas referencias a seres
superiores venidos de los cielos. Fernando Pizarro, que salió de
Panamá y llegó a Coaqui, perú, en 1531, consiguió
su primera y efímera victoria gracias a la piel blanca de sus hombres,
sus caballos y el retumbar de los cañones. Al parecer los indígenas
les confundieron con los "dioses blancos" cuya presencia c"Author" content="Viviana Veloso Caro">